martes, 24 de junio de 2008

A CONTINUACIÓN, LES DEJAMOS UN INFORME DEL PERIODISTA MATÍAS CASTRO, ENCARGADO DE SU COLUMNA DIARIA EN LA SECCIÓN "ESPECTÁCULOS" DEL DIARIO EL PAÍS. EL MISMO LE DEDICÓ TRES DÍAS SEGUIDOS AL DEBATE ETERNO...

Entre las acusaciones de la vedette Andrea Ghidone hacia Claudia Fernández y Mónica Farro, y los escándalos surgidos a partir de declaraciones hechas en Café versátil sobre Marcelo Tinelli, los uruguayos han adquirido gran injerencia en el mundo de la farándula argentina. Parece que en cuestión de un año y medio, el mundo del espectáculo al otro lado del río ha abierto las puertas a figuras de acá para enriquecer ese mundillo de chismes, tirones de pelo y plumas.

Nunca se había llegado tan lejos en esto. Hasta hace algunos años los orgullos nacionales en Argentina venían a través de Osvaldo Laport, China Zorrilla, Berugo Carámbula y más recientemente los cómicos que hicieron carrera con VideoMatch. La nueva generación nacional del espectáculo argentino viene con siliconas y lengua larga. Y a diferencia de lo que ocurría en el pasado, son exclusivamente mujeres, incluyendo a Abigail Pereyra. Las menciones a sus parejas son laterales y no forman parte del asunto central, más allá de que se rumoree que Forlán está de novio con la hermana de Wanda Nara.

Las mujeres voluptuosas venden. Basta caminar dos cuadras por 18 de Julio para comprobar este hecho en todos los kioscos, empapelados con revistas cuyas tapas tienen vedettes (o cosas similares) en las más complicadas posiciones. Y si bien casi todas estas publicaciones proceden de lugares diferentes a la televisión (con la excepción de Paparazzi), responden al mismo fenómeno y se alimentan de las mismas fuentes. La regla, que se cumple tanto en las revistas como en la televisión, es la siguiente: imagen de vedette con poca ropa más una declaración llamativa sobre sus colegas o sus preferencias en la intimidad. A partir de ahí se habla del teatro, de la televisión o de lo que sea. Uruguay entra perfectamente en este juego.

Uruguay se ha puesto en la plana mayor del mundo del espectáculo. No habrá una farándula local en el sentido más puro del término, pero nuestros famosos acaparan cada vez más atención, y Claudia Fernández se ubica a la cabeza de este movimiento. Claudia figura al tope de las listas de las celebridades charrúas desde hace un buen tiempo, y de hecho está en la cabecera de las figuras argentinas en general. Pero cuando todo apuntaba a que la vedette Andrea Ghidone iba a acaparar las cámaras con sus declaraciones sobre ella y Mónica Farro, Raphael Dufort salió al cruce y logró, involuntariamente, dejar a Claudia nuevamente en el número uno.

Como muchos vieron y todos comentaron durante el fin de semana, Dufort habló para Intrusos en el espectáculo el viernes denunciando que el novio de Claudia lo agredió mientras ella le pedía que lo golpee. Una imagen dantesca, más propia de un conventillo que de otra cosa, que Dufort contó junto a Rafael Goncalvez, conductor del programa Café Versátil. "Éramos muy buenos amigos. Claudia es una gran profesional" concluyó luego de explicar que haría una denuncia policial.
El enredo promete continuar. Ahora los frutos de lo que se ha ido cosechando en los últimos dos años, con la paulatina aparición de celebridades locales asimiladas en el star system argentino, se están cosechando. De todas maneras hay más ramificaciones esperando a brotar por ahí, como la que surgió con el lío de Dufort, inesperado para muchos. Desde el otro lado las puertas están abiertas.
¿Se estará volviendo redituable el asunto de la farándula en Uruguay? Revistas como Caras Uruguay e intentos de programas de chimentos parecen apuntar a que puede dar sus frutos. Cada vez hay más interesados en el tema.

Es innegable que ahora son más las figuras que cruzan el charco a buscar un medio de vida que en Uruguay no hay, sea actuar, cantar o salir en teatro de revistas. La cuestión también tiene que ver con la fama y con los escándalos que pueden acompañarla.

Las reglas son claras, no para el público sino para los protagonistas de los escándalos. Para asegurarse un lugar en los medios, es importante hacer algo que tenga gran impacto. Esto, normalmente, quiere decir que es necesario llamar la atención gritando y peleándose con otra persona. Generalmente se trata de un juego triangular entre cirujanos, vedettes y periodistas que trabajan más o menos con el mismo objetivo, que es el crecimiento de la carrera de cada uno.

La cuestión es que aprendieron desde hace tiempo que sus trabajos pueden ser complementarios y retroalimentarse. Así hay periodistas que apoyan las escandalosas peleas de las vedettes y programas que colaboran en darles un guión a las chicas para que luego pueden hacer sus declaraciones al aire.

Y es por esto que ya no es una cuestión del "artista" (aunque esta expresión debería ser sustituida por la de "aspirante a figura mediática") con su vocación y carrera, sino que también entra el público en escena. No se trata ya de que mucha gente vea una telenovela o de que llene los teatros, la condición es que la gente hable día y noche sobre la vida privada del famoso. Y las uruguayas que suenan fuerte ahora desde Buenos Aires (con algunas pocas excepciones) entran en esta categoría.

Desde este lado la televisión exhibe por lo menos 9 programas que directa o indirectamente se prenden de esta lógica mediática. El público local se ha formado igual que los nuevos famosos.

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